El populismo desmedido es la peor medicina para el agro. Ayer escuche al Ministro de Agricultura decir que cerrarán Agrobanco y que el MINAGRI canalizaría directamente todas las necesidades financieras del pequeño y mediano agricultor. Desde mi humilde opinión, esta decisión no tiene nada de trascendental e innovador, como algunos dirigentes lo han catalogado. Por el contrario, es un experimento que puede resultar amargamente peligroso.   

Agrobanco falló porque no estuvo preparado. Porque creció demasiado rápido. Porque los filtros en admisión de clientes no fueron los más adecuados. Pero falló también, porque pese a ser una entidad estatal, nunca tuvo un capital propio interesante. Suena ilógico, pero esta entidad de desarrollo, tenía que prestarse para prestar. Un círculo vicioso de endeudamiento constante en el que estuvo enfrascado y que pese al conocimiento del MINAGRI, nunca fue corregido.

Ahora, en un cambio de timón, escucho decir que el agricultor no dejará de ser atendido financieramente. Que el único cambio que sentirá es el pago de una menor tasa. Que los S/. 600 millones que se debían inyectar a Agrobanco para salvarlo, serán direccionados inteligentemente al fondo Agroperú para ser prestados directamente a los agricultores.

Pero me equivocaría si dijera que el MINAGRI no tiene experiencia en financiamiento. De hecho, el fondo Agroperu, es quizás el único esfuerzo financiero que el MINAGRI haya promovido. Pero tiene una particularidad, estos fondos  se destinaron específicamente a mitigar potenciales conflictos sociales derivados de decisones políticas o coyuntura adversa como el algodón post TLC o los cafetaleros afectados por la roya amarilla. La lógica del financiamiento es prestar, recuperar y generar utilidades en la transacción. Sin embargo, la pregunta es, ¿cuánto de los créditos Agroperú se han recuperado? Este año los productores de papa tuvieron problemas con precios bajos. Si en los próximos años ocurre algo parecido -¿qué pasará? ¿condonarán las deudas para mitigar la bulla?

Escucho decir también que al ser un fondo estatal, estos recursos no serían fiscalizados por la SBS. De ser así, el peligro de la corrupción también es inminente. El agro es frágil y sin un fiscalizador de tercera parte, las excusas son lo que más sobra cuando el oportunismo de algunas personas es priorizada sobre las necesidades de los demás.

Señores Ministros, si ese será el modelo a aplicar para atender las necesidades financieras del sector agrario en mi país; priorizando la aceptación de la gestión política en vez de aplicar soluciones reales y a largo plazo, por favor, no me critique cuando siga evadiendo impuestos. Yo también tengo el derecho a elegir. Si el dinero que tanto me cuesta ganar, no será utilizado adecuadamente -¿Cuál es el motivo de seguir aportando?

Por último, leo también a Aldo Mariátegui, decir que un Banco agrario en el país siempre ha sido una pérdida de plata y que la agricultura es una actividad quebrada. Criticar es fácil cuando se está al otro lado del espejo. Yo también soy un pequeño agricultor y estoy harto de que me miren con pena. Que crean que me deben regalar plata. Señores políticos, no se dejen contaminar por este paradigma. En vez de eso, trabajen por brindarnos la estabilidad que tanto nos falta, ordene nuestros mercados, invierta en más proyectos de irrigación, en más tecnología, democratice la educación y también ofrezca mayor conectividad. No es justo que toda la producción del centro del país se siga atorando en la carretera central o que un cafetalero de Puno tenga que caminar más de 3 horas con su saco de 50 kg al hombro para llegar al punto de acopio más cercano.

De corazón les pido, mediten bien su decisión.